La palabra Freemason, hace referencia a Obrero Libre, o mejor dicho en referencia a nuestros tiempos (Obrero Freelance). Eran los obreros que desde el siglo XI, generación tras generación, construían iglesias, templos y posteriores grandiosas catedrales, etc.
Los francmasones eran de los pocos profesionales que tenían "carta blanca" para viajar por la vieja Europa, de país en país, sin tener que dar explicaciones ni pagar fuertes impuestos, pues esa condición de "libre", precisamente hace incapié en parte a dicha libertad de movimiento, pues las obras podían surgir en cualquier lugar, en cualquier momento, y éstos debían trasladarse a veces con frecuencia.
El desarrollo continuado de esta actividad, hacía que los obreros se organizaran en cuadrillas profesionales (grupos también denominados como Logias), que viajaban de un lugar a otro, dirigidas por un Maestro de Obra, el cual según su preparación y especialidad les asignaba a cada obrero su particular tarea.
Estas logias eran independientes, y se regían por unas normas sobre una serie de usos y costumbres que la profesión dotaba. En base a ello, diferentes cuadrillas (logias) podían coincidir en una misma obra, pero ambas eran autónomas. Podían compartir un objetivo, un proyecto, pero cada una era soberana, respecto a sus componentes y Maestro de Obra.
La convivencia de estos obreros era larga, ya que habían muchas obras por hacer, o bien, en algunos casos las obras podían durar muchísimos años, una vida entera incluso. Convivencia que daba para "hablar y conocerse mucho", convivencia que tenía sus formas y sus normas para que fuese efectiva y soportable en el tiempo. Convivencia impregnada de contenido simbólico, lógico, matemático..., germen de lo que en esencia convertirá en un futuro a la Masonería, en algo más que un sistema de desarrollo profesional (masonería operativa), hacia un sistema de desarrollo de perfeccionamiento moral, personal, humano y espiritual (masonería especulativa).
Desde Triángulo Dorado deseamos continuar con esa esencia natural de soberanía e independencia, en tanto en cuanto, ello no impide un trabajo efectivo, responsable y consciente del método masónico como escuela de formación moral, filosófica, empirica y espiritual del ser humano; ni se contradice con el encuentro, conocimiento, colaboración e "identidad" común con otras tantas logias masónicas extendidas por el mundo, las cuales se remiten a ritos universalmente conocidos y aceptados.
Consideramos que la soberanía y la independencia de una Logia responsablemente constituida, es precisamente la esencia que hace fuerte a la Masonería Universal, y la que la dota de un medio poderoso para extender los grandes valores morales de: Libertad, Igualdad y Fraternidad (Patrimonio de todos, Patrimonio de la humanidad), sobre la faz de la tierra.